¡Alerta de maratón, chicos! La temporada 7 de Black Mirror ya aterrizó en Netflix, y si pensabas que esta serie no podía ponerse más loca, agárrate porque viene con todo. Desde episodios que te harán cuestionar tu existencia hasta otros que te dejarán diciendo «WTF» en bucle, esta entrega tiene vibes para todos: un poco de drama, un toque de tecnología salvaje y ese giro retorcido que nos hace amar (y temer) a Charlie Brooker. Así que ponte tus audífonos, apaga las luces y prepárate para este recap sin spoilers serios (¡promesa!).

«Gente común»: un inicio intenso que te pega duro
El primer episodio, Common People, nos mete de lleno en la vida de una chica (Rashida Jones, slay) que pasa de una emergencia médica a un caos mental total. La tecnología aquí es como ese amigo que te salva en el último segundo, pero luego te cobra el favor arruinándote la vida. Es heavy, sí, y no hay un gran «¡tadaaa!» que lo explique todo, pero te deja pensando: ¿qué harías si tu conciencia ya no fuera solo tuya? Ideal para los que aman un buen drama existencial con su café de la mañana.

«Bête Noire»: el plot twist que necesitábamos
Si el primero te dejó con el corazón en la mano, Bête Noire te lo devuelve con una dosis de sarcasmo y venganza. Dos excompañeras de instituto (Siena Kelly y Rosy McEwen) se reencuentran, pero no es una reunión cute de Snapchat. Aquí hay shade, hay drama y hay un giro tan oscuro que te hará aplaudir. Es como si Mean Girls se encontrara con un thriller tecnológico, y honestamente, estamos viviendo por ello.

«Plaything» y «Hotel Reverie»: rarezas que brillan
Luego está Plaything, con Peter Capaldi (sí, el ex-Doctor Who) como un tipo rarito atrapado en un videojuego que lo vuelve loco… ¿o lo salva? Es creepy pero adictivo. Y después, Hotel Reverie trae a Issa Rae como una estrella de cine atrapada en un remake con IA que suena genial pero no termina de cuajar. Tiene estilo a montones, pero a veces parece más un flex de Hollywood que una historia Black Mirror pura. Aún así, Awkwafina como la genio techie es un mood total.


«USS Callister: Into Infinity»: la secuela que arrasa
¿Recuerdas USS Callister de 2017? Esa nave espacial con clones digitales y un villano mega tóxico volvió, y esta secuela, Into Infinity, es fuego puro. No es un refrito aburrido; aquí el malo es otro, la vibra es fresca y te juro que no ves venir el final. Si te gustan las historias que te hacen gritar «¡QUÉ!» a la pantalla, este es tu episodio.

«Eulogy»: el broche de oro emocional
Y para cerrar con todo, Eulogy nos trae a Paul Giamatti (un ícono, obvio) como un hombre que usa IA para revivir un romance del pasado. Spoiler: no es la tecnología lo que te va a volar la cabeza, sino cómo él se desnuda emocionalmente frente a nosotros. Es triste, es real y es tan Black Mirror que duele. Perfecto para esas noches en las que quieres sentir todo.

¿Vale la pena el hype?
Sí, mil veces sí. Esta temporada tiene de todo: episodios que te quitan el aliento, otros que te hacen reír con nervios y algunos que te dejan reflexionando hasta las 2 a.m. No todos son perfectos (mirándote, Hotel Reverie), pero cuando Black Mirror acierta, acierta EN GRANDE. Así que reúne a tu squad, prepara las palomitas y dale play. La temporada 7 ya está en Netflix, y créeme, no querrás perdértela.
¿Qué episodio vas a ver primero? ¡Cuéntanos en los comentarios!






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