La historia de Candy Candy es puro amor, drama y superación, pero detrás de sus viñetas y episodios hay una pelea que lleva décadas y que ha dejado a esta obra atrapada en un limbo. Keiko Nagita (bajo su seudónimo Kyoko Mizuki), la escritora, y Yumiko Igarashi, la ilustradora, crearon juntas un ícono de los años 70, pero su relación se fracturó por una guerra de derechos, egos y visiones creativas. ¿Qué pasó entre ellas y por qué no podemos disfrutar de Candy Candy como antes? Aquí te contamos todo.

El conflicto arrancó a mediados de los 90, cuando Candy Candy, que empezó como manga en 1975 y se convirtió en un anime súper exitoso en 1976, era una mina de oro. Todo explotó en 1995, cuando Igarashi decidió vender mercancía con los personajes sin consultarle a Nagita. Para Igarashi, sus dibujos eran suyos y podía usarlos como quisiera. Pero Nagita no estaba de acuerdo: ella argumentaba que la historia y los personajes eran un paquete completo, creado con su guion, y que nadie podía tocarlos sin su permiso. Este choque desató una batalla legal que marcó un antes y un después.

Además, no ayudó que ambas tuvieran ideas opuestas sobre la historia. Nagita quería un final abierto y algo trágico para Candy, fiel a su estilo profundo. Igarashi, en cambio, apostaba por un cierre más feliz, de esos que venden más. Aunque esto no fue lo que las llevó a los tribunales, dejaba claro que no estaban en la misma sintonía.

En 1998, la pelea llegó a las cortes japonesas. En 1999, la Corte de Distrito de Tokio decidió que ambas compartían los derechos de Candy Candy y que cualquier proyecto comercial necesitaba el OK de las dos. Pero en 2001, un nuevo fallo cambió las cosas: Nagita podía publicar la historia como novela sin usar las ilustraciones de Igarashi, mientras que Igarashi quedó con las manos atadas, prohibida de usar sus dibujos sin la aprobación de Nagita. Este caso se volvió un hito en Japón, mostrando lo complicado que puede ser crear algo en equipo sin reglas claras desde el principio.

¿QUÉ PASA CON CANDY CANDY EN 2025?

A abril de 2025, el drama entre Nagita e Igarashi sigue sin resolverse, y Candy Candy paga las consecuencias. Aquí te desglosamos cómo está el panorama:

Manga: El manga original, publicado por Kodansha entre 1975 y 1979, está desaparecido de las tiendas. No hay reediciones oficiales en Japón ni licencias nuevas en otros países porque Igarashi no puede usar sus ilustraciones y ninguna de las dos quiere ceder. Los fans se las ingenian con copias viejas, pero no hay una versión legal moderna, y eso duele.

Anime: El anime, creado por Toei Animation y emitido de 1976 a 1979, está en el congelador desde 1998. No se retransmite, no hay DVDs, Blu-rays ni lo encuentras en plataformas de streaming. Aunque en algunos países de Latinoamérica se coló en la tele por vacíos legales, Toei no puede hacer nada sin que Nagita e Igarashi se pongan de acuerdo. Y eso parece imposible.

Novelas y otros proyectos: Nagita no se quedó quieta y en 2010 lanzó Candy Candy: Final Story, una novela en dos tomos que reescribe la historia desde la perspectiva de una Candy adulta. Sin dibujos de Igarashi, esta obra llegó a países como Italia y ha sido traducida por fans, pero no es lo mismo sin el arte original. Igarashi, por su parte, no ha podido hacer nada nuevo con Candy Candy por las restricciones legales.

¿Y ahora qué?: En 2025, Nagita (76 años) e Igarashi (75 años) siguen sin hablarse. No hay señales de que vayan a reconciliarse, y los fans, que no paran de pedir una solución en plataformas como X, están desesperados. Candy Candy vive en la memoria de quienes crecieron con ella y en copias piratas, pero su potencial para volver a brillar está atrapado. Kodansha y Toei podrían negociar algo, pero sin un cambio radical, el futuro de Candy sigue en pausa.

En resumen, la pelea entre Nagita e Igarashi nació por dinero, derechos y choques creativos. Hoy, Nagita tiene la sartén por el mango con la historia escrita, pero Igarashi no puede tocar sus dibujos. Sin un acuerdo, Candy Candy sigue siendo un tesoro perdido, esperando que alguien lo rescate. ¿Volveremos a ver a Candy en acción? Solo el tiempo lo dirá.

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