Emma Watson, nuestra forever Hermione Granger, acaba de abrir su corazón y contar qué onda con su relación con el cine. Ya pasaron seis años desde que brilló en la pantalla grande —su último hit fue Mujercitas en 2019— y aunque hay cositas que sí le laten cañón, también hay otras que, literal, no quiere volver a vivir ni en sueños.
Y es que Emma contó que aunque su carrera fue como ganarse la lotería, hubo un lado cero aesthetic que la dejó súper drenada: la promo. “Voy a ser muy sincera: no extraño vender cosas. Esa parte era de lo más soul-destroying”, soltó sin filtro. Y obvio la entendemos, porque tener que posar y defender pelis donde ni siquiera tenía control, era como estar atrapada en una burbuja cero cute.

También aceptó que la presión de prota era too much. Incluso en un proyecto pequeño con sus amigos se dio cuenta de lo intenso que es actuar bajo miradas externas. “Me cayó el veinte de que ya no extraño ese estrés”, confesó.
Eso sí, Emma sigue siendo una queen de la actuación y lo que más extraña es ese vibe mágico cuando prende la cámara. “Es como meditación pura, te olvidas del mundo y solo vives el momento. Esa libertad la extraño muchísimo”, dijo con total nostalgia.
En 2022 volvió un ratito con el especial Harry Potter 20th Anniversary: Return to Hogwarts, donde hasta confesó que desde niña la fama la hizo sentir medio lonely en pleno glow up de la saga.

Así que sí, aunque Emma está chill disfrutando lejos del rush hollywoodense, sigue teniendo ese sparkle que la convirtió en un ícono de nuestra generación.







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