El cine acaba de vivir un glow up épico gracias a Demon Slayer: Infinity Castle, que no solo arrasó en taquilla, sino que ya se coronó como el anime más grande de todos los tiempos. Sí, así de extra, dejó a todo Hollywood shook con su mega éxito.

Desde que se estrenó en Japón y después se lanzó en full expansión global, la movie no paró de romper récords. O sea, pasó los 100 millones de dólares en USA (algo que ningún anime había logrado) y ya lleva más de 665 millones worldwide, incluso superando a Superman. O sea, qué penita para los que decían que el anime era “nicho”, porque ahora está clarísimo que es cultura pop mainstream.

La trama está loquísima: Tanjiro, Nezuko y el squad del Demon Slayer Corps se meten directo al Infinity Castle, el lugar más dark y creepy donde viven los demonios. Todo se convierte en una batalla mega intensa que, obvio, pide gritos, palomitas y verla en la pantalla más gigante que encuentres.

Mitchel Berger, de Crunchyroll, lo explicó con vibe ultra real: “El anime no es una moda, es parte de cómo Gen Z y Alpha se expresan”. Y obvio, las estadísticas lo confirman: casi la mitad de Gen Z ve anime cada semana. Así que Demon Slayer no solo es un blockbuster, es basically un mood que refleja toda una generación.

Lo más cool es que Sony y Crunchyroll decidieron que esta joya solo se pueda ver en cines durante 2025. O sea, cero streaming por ahora. La idea es que vivas la experiencia total: gritar, llorar, aplaudir y hasta pelearte por los coleccionables edición especial.

Y agárrense, porque esto es apenas la primera parte de una trilogía que promete vibes aún más épicas. Además, Crunchyroll trae bomba tras bomba con estrenos como Chainsaw Man – The Movie: Reze Arc (que describen como “Tarantino meets anime”) y hasta noches de anime fijo cada mes en cines.

En conclusión: Demon Slayer ya no es solo un anime, es un fenómeno global, un statement y el ultimate win de todos los fans que lo han hecho su bandera. Y si todavía no lo has visto… fail, porque estás perdiéndote del evento del año.

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