Selena Gómez es de esas celebs que siempre han marcado tendencia, pero detrás de su glow-up hollywoodense existe una historia súper profunda que pocos conocen. Nació el 22 de julio de 1992 en Texas, con raíces 100% mexicanas gracias a su papá, Rick Gómez, originario de Monterrey, y a sus abuelos paternos de Guadalajara.
Aunque desde niña tuvo clarísimo que quería brillar, su carrera la llevó por un camino que hizo que poco a poco se desconectara del idioma español. Todo comenzó cuando audicionó para Barney & Friends y consiguió el papel. Ahí, entre sets, coreografías y diálogos en inglés, perdió la práctica de hablar español.

Después vino la gran apuesta: mudarse de Texas a California para perseguir su sueño en Disney. Y aunque ese salto la catapultó a la fama, también significó sacrificar parte de su conexión lingüística. La misma Selena lo ha dicho sin filtros: “Simplemente lo perdí. Ese es el caso de mucha gente”.
Hoy, más allá de los reflectores, Selena sigue mostrando orgullo por sus raíces mexicanas, dejando claro que su cultura es algo que lleva tatuado en el corazón, aunque el idioma se le haya complicado en el camino. Una queen que demuestra que ser auténtica y abrazar quién eres siempre será lo más cool.








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