Neta que el episodio 2 de Disney Twisted-Wonderland: The Animation nos dejó en shock total. O sea, Yuken (o Yu, como le dicen los cracks) llega al Ramshackle Dorm pensando que va a ser un spot chill para crashar, y ¡BAM! Se aparece un trío de fantasmas que parecen sacados de un meme viral de Haunted Mansion, pero en versión hyper cute y medio troll.

Estos tres compas son los Roomies Fantasmales oficiales del dorm abandonado: uno gordito y bonachón que flota como si estuviera en zero gravity, otro flaco que se cree el líder del squad, y el tercero chaparro con toda la facha de “voy a scarearte pero me da flojera”. Obvio intentan espantar a Yuken tirando candelabros y haciendo ruidos de película de terror barata, pero el dude, en lugar de salir corriendo, se pone en modo “¡qué chido, puedo ver fantasmas de verdad!”. Literal, los hace friends en 0.2 segundos. Hasta terminan durmiendo colgados del techo como murciélagos kawaii.

Y ahora, lo geek del asunto: estos fantasmas son un mega homenaje a los Hitchhiking Ghosts de la atracción Haunted Mansion en los parques Disney. Sí, esos tres que se suben a tu doom buggy al final del ride: el prisionero flaco (Ezra), el esqueleto gordito (Phineas) y el viajero chaparro (Gus). Pero también traen toda la vibra de los Lonesome Ghosts, el corto clásico de Mickey de 1937 donde tres espectros aburridos deciden trollear a un cazafantasmas.

Y para los que shippean hasta el aire, sus personalidades caóticas tienen un twist muy Pain y Panic —los minions de Hades en Hercules—, solo que en versión más family friendly y menos demoníaca.

En este episodio, los ghost bros pasan de wannabe villains a besties de Yuken súper rápido. Es el plot twist más lit del anime hasta ahora. Si no has visto el ep 2, que se estrenó el 5 de noviembre en Disney+, te estás tardando. Vale cada segundo de no-lifear la serie.

Porque, honestly… ¿quién necesita waifus cuando tienes ghost bros eternos? Totalmente based.

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